En Flor fané, texto, ilustración y cómic forman parte de la misma narración. “He podido hacer algo que hacía tiempo que quería -continúa Morante-: contar una escena a través de secuencias de dibujos. Darle movimiento. Para los dibujos, he utilizado todas las técnicas que conozco evitando lo digital: lápices, gouache y acuarela, collage de dibujos… Ha sido como volver al principio, cuando empecé en la ilustración e incluso más allá, al dibujo de la infancia. Es algo intencionado: he encontrado el trazo suelto que me ha dado más libertad para contar esta historia”.